domingo, 4 de marzo de 2012

LAS OPINIONES DEBEN TOMARSE EN CUENTA PARA DAR LA SENSACIÓN DE INCLUSIÓN PREVIA A LA TOMA DE DECISIONES


El psicoterapeuta David Kantor en uno de sus libros explica la dinámica usada para tomar las mejores decisiones ante situaciones de controversia de opiniones, usando las categorías de roles que están presentes en toda dinámica de comunicación asertiva.

Primero tenemos al “iniciador” que es quien trae las ideas, inicia los proyectos, aboga por una nueva línea de acción (“vayámonos a de viaje a Machu Pichu”). Luego tenemos al “bloqueador”, aquél que siempre encuentra fallas en las iniciativas, cuestionando la nueva propuesta (“No, es muy caro”). Estos dos usualmente se enganchan en una discusión sin fin hasta que interviene el “apoyador” que toma uno de los lados del debate (“comparativamente, los costos de ir de viaje a Machu Pichu y a otros lugares no son tan caros”). Finalmente está el “conciliador”, que se mantiene neutral y trata de comentar lo que está pasando (“parece que tenemos un desacuerdo sobre si ir o no a Machu Pichu”).

Entre el iniciador y el bloqueador suele haber la mayor tensión, pero si el conciliador la sabe manejar bien, lo que se produce al final es una decisión mayoritaria -a veces concensuada- que es de calidad superior a la que se propuso inicialmente.

Las implicancias de entender esto son enormes para la gestión de una Institución o en los niveles de las estructuras organizativas de la Institución. Generalmente los líderes más exitosos son aquellos que saben rodearse y escuchar a los críticos, y confrontar con ellos sus puntos de vista antes de tomar decisiones. Esto no solo las perfecciona, sino que les da a todos los opinantes la sensación de inclusión previa a las decisiones, lo cual debiera ser una fortaleza de la democracia.