La palabra mágica es planificar, toda Institución Eclesial debe pensar primeramente, qué es lo que quiere lograr y cuánto debe crecer para poder cumplir la gran comisión dada por Dios, y a partir de allí diseñar cómo será la estructura organizacional de la Institución Eclesial.
En una Estructura Organización Eclesial no es necesario plantear puestos de trabajo permanentes, lo correcto es sea rotativos, para no crear MONOPOLIOS DE PODER , en vez de crear puesto de tareas para una sola persona, deberia definirse responsabilidades de cumplir dichas tareas en periodo determinado y asuma sus errores no como criticas sino para el mejoramiento de dichas tareas a desarrollar.
Qué difícil es realizar el cambio, hay una serie de factores que lo impiden, dichos factores son simplemente intereses propios de los hombres, tienen un pensamiento egoísta, egocéntrico, que mucho daño hace a las instituciones.
Toda institución Eclesial sea la denominación cualquiera desde su inicio, tiene una tarea importante “llevar la palabra a todo el mundo”, esto exige a dicha institución Eclesial crecer, y para decidirse a crecer hay que rodearse de personas capaces de asumir retos.
Toda institución Eclesial sea la denominación cualquiera desde su inicio, tiene una tarea importante “llevar la palabra a todo el mundo”, esto exige a dicha institución Eclesial crecer, y para decidirse a crecer hay que rodearse de personas capaces de asumir retos.