“La enseñanza en los colegios
es estúpida”, asegura el 'campeón de la memoria'
La mejor manera de aprender
algo es “cogerlo, dejarlo y volver sobre ello”, dijo Joshua Foer (29), la
memoria más privilegiada de EE.UU.. ¿Estás de acuerdo?
Madrid (EFE). “La manera de enseñar en los
colegios es estúpida”. Así de claro lo tiene Joshua Foer, el periodista de 29 años con un
coeficiente normal que, tras entrenarse durante un año, se convirtió en la
memoria más privilegiada de los Estados Unidos.
Foer cuenta esta historia tan real como increíble
en “Los desafíos de la memoria”, el libro editado por Seix Barral que se ha
convertido en la revelación del año en Estados Unidos e Inglaterra: ha
permanecido meses en la lista de más vendidos de “The New York Times”, Amazon lo ha
seleccionado entre los mejores de 2011 y está ya en vías de publicación en más
de treinta países.
Con aspecto aniñado, sencillo e informal, este
joven confesó en una entrevista con Efe que no encuentra motivos de presunción
en algunas de sus hazañas, tales como recordar cantidades ingentes de números o
barajas de cartas, así como el orden en que se colocan, o memorizar cien caras
con sus nombres e incluso con sus datos biográficos en apenas unos minutos.
“Yo no tenía una memoria excepcional entonces ni
ahora, simplemente me he entrenado para usarla en ciertos aspectos relacionados
con el concurso anual de Estados Unidos”, un certamen que ganó aplicando los
trucos nemotécnicos existentes más utilizados y donde fue capaz
de vencer a gente que, por ejemplo, puede memorizar más de 1.500 números
aleatorios en una hora.
SU HISTORIA
Todo comenzó cuando este periodista, especializado
en asuntos científicos, entrevistó a los “campeones de la memoria” y se dio
cuenta de que todos habían aprendido sus habilidades a través de
reglas nemotécnicas ya conocidas, algunas de las cuales se remontan al año 82 a.C.
En ellas, la clave básica para recordar es
la asociación de ideas, el contextualizarlas y, por ello, “no se entiende que en los colegios
se enseñen las materias en compartimentos, de forma separada y en bloque”,
apuntó.
“Aprendemos algo, nos examinan y nunca volvemos
sobre ello, como si fueran realidades separadas, con la consecuencia de que lo
olvidamos todo con el paso del tiempo”, comentó.
Foer opinó que se podría hacer “mucho por la
enseñanza” trasmitiendo a los menores las reglas nemotécnicas básicas pero
también “volviendo una y otra vez sobre los temas, dejándolos y retomándolos
hasta que la sabiduría que se aprende esté entrelazada con ideas que formen un
todo”.
¿CUÁL ES EL SECRETO?
Este joven se dio cuenta, tras conocer a los “supermemorias”, de que el
secreto para recordar una información es separarla en pedazos y vincularla con
algo interesante, original, relevante, colorido, extraño, sexual o atrayente, tanto que impida olvidarlo y,
después, convertirlo en una “imagen vívida que se pueda visualizar en la
mente”.
El autor usa su propio nombre para explicarlo. “Por
ejemplo, yo me llamo Joshua Foer. Para recordarlo puedes pensar que la
pronunciación de mi apellido suena como el número cuatro en inglés “four” e
imaginarte que coges un spray y me pintas ese número en el cuerpo;
probablemente siempre que me veas recordarás cómo me llamo”.
Así, lo mejor para no olvidar es relacionar las
cosas con algo que uno se imagine y “cuanto más loco o extraño sea, mejor se
recordará su imagen visual y, en consecuencia, el concepto o el número que
queremos memorizar”, señaló.
Y es que la memoria es “como una máquina que no
sabemos utilizar” pero que “tiene sus reglas y son sencillas”. “Es gracioso, no
sé por qué no nos enseñan eso”, se preguntó el autor.
Relató también que había hablado con científicos
que “se dan golpes contra la pared” ante esta cuestión, porque los métodos con
los que la mente almacena la información son “claros” y “se podrían impartir en
el colegio”.
Foer consideró que hay “muchas evidencias” de que la mejor
manera de aprender algo es “cogerlo, dejarlo y volver sobre ello, con
intervalos de espacios que nos permitan irlo relacionando”.
“El método actual de enseñanza es contradictorio
con este principio, es una manera estúpida de enseñar, sabemos que es contrario
a cómo funciona nuestra memoria”, concluyó.
¿CÓMO SERA EN EL PERÚ?