Universidades
de EE.UU. desplazadas por las asiáticas
¿Cuál es el momento en que una empresa o universidad que fue líder
indiscutible en su campo empieza a decaer por su obsolescencia o incapacidad de
lidiar con el empuje y estructura de gestión de nuevos actores? ¿En qué momento
Nokia dejó de ser capaz de sostenerse frente a Samsung o Ford frente a Toyota,
o las PC de IBM frente a las HP?
Posiblemente, aunque es un proceso más lento, eso pasará también con las
universidades peruanas y mundiales, salvo que logren reinventarse y recolocarse
en el liderazgo. El problema con los rankings mundiales de universidades es que
son un poco engañosos, porque en ellos pesa mucho el pasado y muy poco el
futuro por lo que usualmente destacan las mismas norteamericanas Harvard,
Princeton, Yale, Chicago, MIT, Caltech, y las inglesas Oxford, Cambridge,
Imperial, Londres. Estas universidades por antigüedad y prestigio acumulan más
puntos en los indicadores usados que son de tipo bibliométrico como número de
publicaciones en revistas arbitradas e indexadas de circulación internacional;
número de citas a los trabajos publicados y publicaciones en revistas de alta
circulación; número de exalumnos y catedráticos galardonados con premios
internacionales (Premio Nobel, etc.); número y volumen de contenidos de tipo
académico en la internet.
Sin embargo, esta clasificación ignora que hay universidades de fundación
más reciente de alto nivel de calidad, por lo que uno de los productores de
rankings ha lanzado el "The Times Higher Education 100 Under 50" para
identificar a las mejores universidades con menos de 50 años de antigüedad.
Al hacer este listado se observa cómo se hacen notorias las universidades
asiáticas de Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y las europeas francesas,
suizas y las nuevas inglesas, a las que hay que sumar las de Australia, Nueva
Zelanda y Canadá.
La pregunta a los estudiantes peruanos que buscan universidades de primera
línea para sus estudios superiores de grado o posgrado es hasta qué punto
reiteran sus preferencias basadas en los indicadores de prestigio
convencionales, o si se toman el trabajo de averiguar cuáles son las
universidades emergentes que marcarán la vanguardia educativa en el futuro.
León Trahtemberg