EL AMIGO LEÒN TRAHTEMBERG NOS HACE LLEGAR UNA SERIE DE TEMAS CONCERNIENTES AL AREA EDUCATIVA.
¿Basta entregar laptops para mejorar los aprendizajes
escolares?
Deltron News Abril
2008, 01 Abr 2008
|
A
mediados del 2007 el gobierno anunció la firma de un convenio con el programa
"One Laptop per Child" (Una computadora para un niño) del Media Lab
del MIT, para dotar gratuitamente de computadoras portátiles a estudiantes de
educación básica rural de escuelas unidocentes a partir del 2008. Originalmente
estas computadoras iban a costar 100 dólares por niño y las iban a comprar los
gobiernos para obsequiarlas a los alumnos más pobres, a razón de un millón por
país, pero con el tiempo esa cuota se habría ido rebajando a 250,000 y el costo
subió a 189 dólares. Son computadoras livianas y pequeñas, diseñadas para
establecer conexiones inalámbricas a internet, usar electricidad ó batería.
Usarán software libre y se fabricarían en China. Está conceptualizada bajo el
enfoque del aprendizaje construccionista de Seymour Papert que sostiene que hay
que “aprender haciendo”. La idea es que el estudiante sea dueño de la computadora,
la lleve consigo a su casa, acceda a internet, escuche música, juegue, lea,
etc.
Los
países a los que se las ofertó para que adquieran un millón cada uno, son los
más grandes del mundo. Brasil (portugués) y Argentina (castellano) en
Sudamérica. Egipto (nación árabe más poblada) y Nigeria (tiene la mayor
población negra) en África. Junto a ellos India, China y Tailandia país con el
que el MIT ya tiene experiencias previas. El primer lote de 44,000 se repartirá
este año 2008. Hasta allí, todo está claro. Hay algunos reparos a los aspectos
técnicos y económicos de esta adquisición por parte de especialistas en
informática aplicada a educación, pero no será ese el tema de este artículo. La
pregunta desde las políticas educativas es más bien ¿cómo se asegurará que esta
adquisición sea la más costo efectiva para los niños de las escuelas rurales?
El
mes pasado reseñé el artículo “A lesson in computer literacy from India’s
Poorest Kids” publicado el 2 /3/200 en el Business Week Online, que alude al
físico Sugata Mitra del Indian Institute of Technology. El detectó ya en 1999
una extraordinaria capacidad de los niños, incluso los más pobres y carentes de
educación, para aprender rápidamente los fundamentos de la alfabetización
computacional y la navegación en Internet con escasísima intervención adulta,
aprovechando la natural curiosidad de los niños para aprender las cosas por sí
solos (“el agujero en la pared”). Relata la oportunidad en que Mitra fue a una
secundaria y pidió a 4 jóvenes que contesten cinco preguntas sobre un tema
totalmente desconocido para ellos: la viscosidad. Les dio una computadora y les
pidió que se tomen el tiempo para contestar. Al cabo de 2 horas habían
encontrado todas las respuestas. (Aunque eso no necesariamente quiere decir que
tenían una noción física sobre lo que es la viscosidad).
En
otra vereda de estos hallazgos están los de Larry Cuban (Universidad de
Stanford) quien monitoreó las escuelas del Silicon Valley de California.
(“Oversold and Underused: computers in the classroom”, Larry Cuban, 2002).
Encontró que si bien casi todos los alumnos ya sabían usar las computadoras, no
encontró que eso haya contribuido a revolucionar la pedagogía ni ganar
eficiencia en la enseñanza y aprendizaje en las aulas norteamericanas. No se
habían registrado avances en la última década en las habilidades de los alumnos
medidas con pruebas estandarizadas. Su conclusión era que las computadoras
habían sido sobrevendidas por sus promotores y subutilizadas por los profesores
y alumnos.
Sin
duda es importante que todo alumno aprenda a usar una computadora porque eso lo
conecta de inmediato con las tecnologías de la comunicación del siglo XXI, pero
hay que preguntarse si eso por sí solo mejorará el aprendizaje de las
habilidades instrumentales fundamentales para la alfabetización como son la
comunicación, las matemáticas y las ciencias básicas, para lo cual la gran
máquina docente y tutorial siguen siendo los profesores de carne y hueso. Si
las computadoras lograran el efecto mágico del aprendizaje escolar en los
niños, hace tiempo que los norteamericanos estarían largamente punteros en
cuanta prueba de desempeño se aplicara a sus alumnos, cosa que no ocurre ni
remotamente.
La
pregunta que deberíamos hacernos los peruanos en términos de nuestro costo
beneficio educativo, es si el mismo dinero utilizado en adquirir computadoras
personales no se podría utilizar mejor para mejorar la educación con
estrategias como reducir el tamaño de las clases, mejorar las condiciones de
vida de los profesores, renovar los deteriorados edificios escolares, extender
la jornada escolar a día completo, hacer mejores materiales didácticos, mejorar
el aprendizaje del inglés o brindar más apoyo psicológico y remedial a los
alumnos que lo requirieran, al estilo finlandés.
Ojalá
pudieran hacerse ambas cosas. Pero en tanto no sea posible, hay que profundizar
el estudio del impacto pedagógico versus el análisis costo beneficio de la
compra masiva de laptops para escolares, antes de desembolsar cientos de
millones de soles en esta estrategia.