¿Sirven
para algo los intelectuales?
En un país como el Perú en el cual no hay mucha
investigación científica y humanística en las universidades y hay una
inmediatez coyuntural en las coberturas noticiosas, son pocas las voces
intelectuales que pesan en la opinión pública, que aporten análisis y visiones
más académicas de lo que ocurre en nuestra sociedad, exceptuando quizá las de
algunos reputados economistas, sociólogos y politicólogos.
A propósito de esas reflexiones estuve revisando un
artículo que publiqué en Expreso el 03/10/2000 descubriendo que la situación de
hoy no ha variado sustancialmente respecto a 14 años atrás. En esa ocasión
señalaba cómo es que el Presidente Fujimori, al frente de muchos políticos,
funcionarios y empresarios que pensaban igual, varias veces habían despreciado
explícitamente la capacidad de los intelectuales para aportar algo útil al
desarrollo del país, por lo que prefería colocar en los cargos principales a
"gerentes" pragmáticos y efectivos (que dicho sea de paso, pocas
veces lo han sido).
Yo escribía entonces que la incapacidad del gobernante de
confiar algo más en las capacidades de los intelectuales resultaban ser la
causa de muchos de los males heredados desde su gobierno. Algunos aportes que
podría haber escuchado estarían en la línea de lo que sigue:
Los historiadores les hubieran explicado cómo el
caudillismo y la falta de una ideología y axiología coherentes condenan a los
gobernantes a desviarse de sus fines originales y actuar según convenga
electoralmente, a acomodarse como sea en el poder, a ser efectistas, buscar
favores y aliados que los sostengan, lo que inevitablemente lleva a la
corrupción y finalmente el fracaso.
Los psicólogos les hubieran explicado cómo el peor
enemigo que tienen las personas poderosas es su propia omnipotencia y sentimiento
mesiánico o de infalibilidad, que poco a poco las va llevando a distanciarse de
su sentido humano, transgredir normas, violar derechos y caer en corrupciones,
creyendo que el "fin justifica los medios" y que no hay que rendirle
cuentas a nadie.
Los politicólogos les hubieran explicado que no se
construye democracia sin alternancia en el poder, porque cuando un liderazgo
tiene conciencia que su período gubernamental es efímero, trata con mucho más
respeto a la prensa y a la oposición, y tiene muchos más frenos frente a la
corrupción y la impunidad. Tener en la conciencia que "dentro de 5 años
estaremos fuera y serán otros los que gobiernen" se constituye en un
excelente freno ético y cívico para cualquier transgresión.
Los economistas les hubieran dicho (como lo hicieron
algunos) que sin división de poderes y sin un poder judicial sólido, justo y
confiable, no habrá empresas que hagan grandes inversiones, exceptuando
aquellas de alto rendimiento en muy corto plazo, que suelen protegerse
contratando personalidades cercanas al poder.
Los educadores les hubieran dicho (como lo hicimos y
hacemos varios constantemente) que lo que se ha estado haciendo con la
educación peruana no la iba a conducir a ninguna parte, como efectivamente ha
ocurrido y lo demuestran los resultados de las pruebas nacionales y
comparaciones internacionales respecto a la medición de la calidad de la
educación. Les hubieran ilustrado respecto a que leyes y ministerios de
Educación burocráticos, reglamentaristas y controlistas paralizan la intuición
educativa y su capacidad de asumir riesgos por las iniciativas originales, que
son aptitudes que sí suelen tener quienes día a día trabajan innovando en
educación .
También los intelectuales que proceden de los campos de
la ciencia y las profesiones liberales hubieran aportado mucho porque siempre
los pensadores, desde la ventana de su especialidad, tienen una mirada
diferente capaz de enriquecer el saber común.
El Perú está culminando un ciclo de experiencias
políticas altamente improductivas desde la perspectiva de la paz social,
justicia y la equidad. ¿No sería bueno que el presidente Ollanta Humala se
rodeara un poco más de los más distinguidos intelectuales del Perú para salirse
de las visiones de corto plazo y las franelas que brindan las encuestas para
pensar en el futuro viable para el Perú, convocando a todos los peruanos a
subirse a ese tren?
Por su lado los intelectuales, aunque estén en
condiciones desfavorables, no deberían dejar nunca de asumir sus
responsabilidades públicas y éticas procurando hacer escuchar su voz.
El
Tiempo (Piura), La Industria (Trujillo), Correo (Regionales) , 26 Mayo 2013