Te doy gracias, oh Señor santo,
todopoderoso Padre y eterno Dios, porque en tu gran misericordia te has dignado
guardarme en la noche pasada. Y te suplico que en tu divinal clemencia me des
gracia para pasar este día en toda humildad, sumisión, castidad, caridad,
paciencia, bondad, reverencia y precaución, a fin de que el servicio que te
rinda sea del agrado tuyo y del Aquel que ha m venir a juzgar a los vivos y a
los muertos. Guárdame de todo mal, de todo tropiezo y ofensa, de todo pecado
intencional y de todas las mañas y acechanzas del enemigo malo. Todo esto te lo
pido por medio de Jesucristo, tu Hijo unigénito, al cual contigo y con el Espíritu
Santo sea alabanza y gloria por los siglos de los siglos. Amén