miércoles, 6 de mayo de 2020

DIOS HA USADO GOBERNANTES PAGANOS PARA HACER ALGÚN BIEN PARA SU PUEBLO





En tiempos como éstos, en que las economías mundiales van de pique, en que siempre más países se acercan a tener armas nucleares, la tentación también para cristianos es desesperarse de que se pueda hacer sentido del mundo, que hay alguien que está en control y que la vida no es solamente un gran juego de azar. Después de la derrota de su país y su exilio en Babilonia, esto debe haber sido una gran tentación a los creyentes que quedaban entre los que sufrieron el destierro y la pérdida de su vida de culto en el templo. Isaías escribió esta profecía aun antes del exilio animando proféticamente al pueblo con las noticias de que su exilio llegaría a su fin, que serían restaurados a su patria, y que allí con fe podrían esperar la fecha en que Dios enviaría el Salvador prometido para su pueblo y para el mundo.

Aquí Isaías hasta da el nombre de aquel que derrotaría a los enemigos del pueblo de Dios y liberaría a Israel. Con esto dio a entender a ellos y a nosotros que El Señor controla el mundo en beneficio de su pueblo.

I.                    Levanta un rey como Ciro y lo hace invencible.

II.                 II. Lo hace en beneficio de su pueblo.

III.               III Así muestra que sólo él es el Señor.

Cómo demuestra el Señor que él está en control. Levanta a Ciro y lo hace invencible. Aunque enfrenta los poderes más temibles de su tiempo, su avance se hace imparable. Ciro nació alrededor del año 590 a.C. Para el año 550 vence a los medos bajo el rey Astíages para controlar gran parte de lo que ahora es Irán. Tres años más tarde conquista Lidia, para controlar gran parte de lo que ahora es Turquía, y luego también muchos lugares de habla griega en lo demás de Asia Menor y al norte de Grecia y Macedonia. Extiende sus dominios en Persia o Irán entre 546 a 540, y finalmente toma Babilonia casi sin resistencia en 539 o 538 antes de Cristo, así llegando su imperio a alcanzar toda Mesopotamia y la costa del Mediterráneo hasta la frontera de Egipto. Y todo esto en poco más de 1O años.

Realmente son hazañas asombrosas, que hacen de Ciro uno de los grandes conquistadores en la historia del mundo.

¿Pero cuál fue el secreto de su éxito?

Nuestro texto nos dice: "Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir puertas delante de él, puertas que no se cerrarán: Yo iré delante de ti y enderezaré los lugares torcidos".

A Ciro se llama el ungido de Jehová. Quiere decir que el Señor mismo lo ha escogido para hacer una misión particular, y que el Espíritu de Dios lo capacita en alguna forma para que pueda cumplir con éxito la tarea del Señor. Otra manera de expresar la misma idea es que Jehová lo "tomó por su mano derecha". El Señor mismo lo guiará en todo lo que logra.

Será invencible.

Cuando nos preguntamos cuál será esa función para la cual Ciro es el elegido, veremos que es para cumplir con la voluntad de Dios en lo político. Será "para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir puertas delante de él, puertas que no se cerrarán."

Aquí se profetiza toda esa vertiginosa carrera de Ciro que recitamos un poco antes. Sería invencible en la guerra. Las más fuertes fortificaciones serían corno papel delante de él. Conquistaría los imperios más fuertes de su tiempo. Y todo con la ayuda del Señor quien lo eligió para cumplir su voluntad. "Yo iré delante de ti y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce y haré pedazos cerrojos de hierro".  Aun el imperio al parecer invencible de Babilonia que había oprimido al pueblo de Dios por 70 años tendría que rendirse ante él. Tenía defensas formidables. Hubo doble muros, el exterior de 47 km de largo y tan ancho que se podía manejar carros arriba del muro, con muchas torres y con ocho grandes puertas imponentes. Sin embargo, las fuerzas de Ciro desviaron la fluencia del río Éufrates y entraron y tomaron la capital de ese gran imperio casi Sin resistencia. Sus grandes muros y puertas nada le valieron a Babilonia. ¿Por qué? Porque Dios había decretado el fin de su poder y opresión.

Además, Ciro recibirá una gran recompensa por haber hecho la voluntad de Dios. "Te daré los tesoros escondidos y los secretos muy guardados". Los tesoros de una ciudad tras otra se convertirían en la tesorería real de Persia. Particularmente la inmensa riqueza de Babilonia, producto de sus despojos y los tributos exigidos de todas las naciones tributarias pasaría a Ciro. Es como escribió Habacuc: "¿No se levantarán de repente tus deudores y se despertarán los que te harán temblar? Tú serás como despojo para ellos. Por cuanto has despojado a muchas naciones, todos los otros pueblos te despojarán a ti, a causa de la sangre de los hombres, y de las violencias hechas a la tierra, a las ciudades y a todos los que en ellas habitaban" (Hab 2.7-8).

¿Y para qué daría Dios todo este poder, todo este éxito a Ciro? Lo hace en beneficio de su pueblo. Nunca fue la intención de Dios que Israel sufriera para siempre en el destierro, que fuera aniquilado por los ejércitos de Asiria y Babilonia. Más bien quería disciplinar a su pueblo, purificar un remanente, para que volviera a su patria para allí esperar la venida del Ungido por excelencia, el conquistador espiritual de todos nuestros enemigos espirituales, el Señor Jesucristo. Así dice nuestro texto:  "Por amor de mi siervo Jacob, de Israel, mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse un nombre insigne". En el capítulo antes de nuestro texto el último versículo dice: "Yo soy el que dice de Ciro: 'Es mi pastor y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: 'Serás edificada', y al Templo: 'Serán puestos tus cimientos'" (Is 44.28).

Y efectivamente, tan pronto como los persas bajo Ciro pusieron fin al dominio de Babilonia, se nos informa: "En el primer año de Ciro, rey de Persia, para que se cumpliera la palabra de Jehová anunciada por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro, rey de Persia, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito en todo su reino, este decreto: «Así ha dicho Ciro, rey de Persia: Jehová, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha mandado que le edifique una casa en Jerusalén, que está en Judá. Quien de entre vosotros pertenezca a su pueblo, sea Dios con él, suba a Jerusalén, que está en Judá, y edifique la casa a Jehová, Dios de Israel (él es el Dios), la cual está en Jerusalén. Y a todo el que haya quedado, en cualquier lugar donde habite, que las gentes de su lugar lo ayuden con plata, oro, bienes y ganados, además de ofrendas voluntarias para la casa de Dios, la cual está en Jerusalén" (Esd 1.1-4).

¡Piensen en esto! Ejércitos marchando, grandes imperios derrumbándose, poderes económicos y militares tambaleándose. Verdaderamente fueron tiempos agitados. Los chinos tienen una maldición: "Que vivas en tiempos interesantes". Las naciones en ese tiempo vivirían en tiempos interesantes, tiempos revueltos. Pero había Alguien detrás de todo lo que estaba pasando, alguien que seguía amando fervorosamente a su pueblo, alguien que estaba usando todo ese aparente caos de guerra y conquistas con su propio propósito, que era de bendecir y restaurar a su pueblo a la tierra que les había dado por herencia.

Y el mismo Dios nos da la misma seguridad. Nos promete que Nunca os dejaré ni os desampararé. Nos promete que a los que aman a Dios, a los que son llamados conforme a su propósito, todas las cosas les ayudan a bien. Asegura a su iglesia que las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. Todo Apocalipsis fue escrito para que sepamos que Cristo sigue reinando a pesar de todos los ataques y todas las tribulaciones que experimentan los creyentes y la iglesia en este mundo.

Por medio de la obra de Ciro el Señor mostraría que sólo él es el Señor.  Aun Ciro mismo, un rey pagano, debe darse cuenta en alguna forma que es un instrumento de Dios y que él lo está usando para beneficiar a su pueblo. "Para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre". No quiere decir necesariamente que llegó a ser un verdadero creyente en Jehová. Pero aun el decreto en el libro de Esdras muestra que tuvo alguna conciencia de este hecho: "Jehová, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha mandado que le edifique una casa en Jerusalén, que está en Judá''.

Sin embargo, el texto también dice varias veces de Ciro: "Aunque no me has conocido". August Pieper comenta: "Si Ciro llegó a conocer al Señor en fe o no se tiene que dejar sin decidir. Una inscripción, descubierta en 1879 que ahora está en el museo británico lo describe como un politeísta y un indiferentista". También la historia lo presenta tomando las manos del dios Marduk en Babilonia y proclamando que respetará la religión de los diferentes pueblos.  Pero sí se puede concluir por lo que dice la Biblia que Ciro reconoció que Dios lo había enviado y que el Dios de Israel fue el Dios verdadero.

Pero ese conocimiento debe llegar aún más lejos. "Para que se sepa desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, que no hay más que yo. Yo soy Jehová, y no hay ningún otro." Jehová es el nombre de Dios que resalta su fidelidad a sus promesas. No habría otra explicación por esta milagrosa liberación de su pueblo por el servicio de Ciro el conquistador. Pero como Ciro es un tipo de Jesucristo, nuestro libertador espiritual, también se algo que, por la predicación del evangelio, anunciando su victoria sobre nuestros peores enemigos, muchos en todas partes del mundo llegan a reconocer que el Señor es el único Dios, y que la salvación viene de él.

El texto concluye con las palabras: "Yo formo la luz y creo las tinieblas, hago la paz y creo la adversidad. Solo yo, Jehová, soy el que hago todo esto." Tiempos oscuros de prueba, y días brillosos de liberación. Paz y bienestar, y adversidad que nos prueba, disciplina y fortaleza, todo esto viene de Dios y está bajo su control.

No es la última vez que Dios ha usado gobernantes paganos para hacer algún bien para su pueblo. Podemos pensar en Alejandro Magno, que formó un imperio desde Grecia para incluir Egipto y hasta la India. Un resultado fue que el griego llegó a ser un idioma mundial y el idioma del Nuevo Testamento, un idioma en que todo el imperio romano y más allá de sus fronteras podía escuchar y entender el mensaje de Cristo. Podemos pensar en César Augusto, que incomodó a gran número de personas ordenando que todo el mundo fuese al pueblo de que eran ciudadanos para ser empadronados, para hacer que se cumpliera la profecía del nacimiento de Cristo en Belén, conforme a la profecía que escuchamos en la clase bíblica hoy. Podemos pensar en los turcos que amenazaron las fronteras del Santo Imperio Romano, y llenaron de temor a toda Europa en el siglo XVI. Pero también mantuvieron a Carlos V tan ocupado en pelear con ellos que no pudo aplastar la predicación de Martín Lutero desde el principio como habría querido. Y Dios sigue en el control. Cuando pensamos en la manera en que Dios pudo cumplir sus propósitos a través de un hombre como Ciro, nos tranquiliza y nos da seguridad ahora también en las promesas fieles de nuestro Dios. Realmente, no nos dejará, y no nos desamparará.

Amen.