Encuentran bacterias bajo el mar que transmiten
electrones a grandes distancias
Un conjunto de
investigadores de Dinamarca y Estados Unidos han dado con la clave de las
extrañas corrientes eléctricas que pasan por el fondo del mar. Bacterias que habitan y funcionan como cables
eléctricos, un descubrimiento que podría cambiar la electrónica
orgánica e incluso la creación de dispositivos que pueden ser implantados en el
cuerpo humano en el futuro.
Y es que hace tres años, los
científicos descubrieron corrientes eléctricas bajo el mar a las que no habían
conseguido descifrar su origen. Estas bacterias podrían ser la clave, un
hallazgo notable de la ingeniería biológica que confirma que cada pequeña
sección de la bacteria contiene un haz de de cables aislados que conducen a
una corriente eléctrica desde un extremo al otro.
Según cuentan los
investigadores de la Universidad Aarhus, comenzaron a sospechar que algo pasaba
cuando se dieron cuenta de la aparición de un tipo de bacteria multicelular.
Bacterias que se presentaban siempre cuando existían corrientes eléctricas
alrededor. Además, los científicos hallaron que las corrientes se interrumpían
cuando introducían en el agua un alambre fino y luego lo sacaban, un indicativo
de que existía algún tipo de conexión rota.
Fue en ese momento cuando
pasaron a un análisis más exhaustivo encontrando que las bacterias, cien veces
más delgadas que un cabello humano, contenían cadenas a nanoescala rodeadas por
una membrana. Llegaron a la conclusión de que las funciones del organismo
entero hacían de cable eléctrico virtual con unas capacidades similares a las
de los cables eléctricos que usamos a diario.
El estudio nos viene a decir
que de ser cierto, la adaptación de esta bacteria le da una clara ventaja sobre
otros microbios del océano. Su habilidad para conducir una corriente que
permitiría atraer grandes cantidades de energía que se sitúan a través de la
descomposición del lecho marino.
Otra de las características
que se apunta es que se puede mantener una combustión eficiente en la parte
libre de oxígeno del lecho marino. Lo harían gracias a la formación de una
cadena en la que la bacteria se extiende en un área rica en oxígeno del agua de
mar, tan sólo necesitaría unos pocos milímetros. Cuando se da la combustión,
hay una transferencia de los electrones de la comida al oxígeno. Al igual que
ocurriría con un cable eléctrico normal, cualquier alteración conduciría a una
rotura.
Sea como fuere, el hallazgo
podría inspirar desarrollos en el campo de la electrónica orgánica. Si esta
bacteria o alguna similar pudiera ser diseñada, los investigadores apuntan a
estos sistemas biológicos para la conducción de corrientes en dispositivos
electrónicos avanzados, llegando a ser posible como dispositivos protésicos
para los seres humanos.