Tablets sin profesores
para niños en Etiopía demuestran el aprendizaje por sí mismos
Alguna vez os hemos hablado
del proyecto One Laptop Per Child, una idea que trata de acercar la
tecnología actual a aquellos niños que no tienen acceso a la educación en el
mundo. Una de las acciones desarrolladas tuvo lugar en dos aldeas de Etiopía
con unos resultados increíbles. La propuesta: dejar un conjunto de tabletas
con programas precargados y ver qué ocurría.
El objetivo era ver si los
niños, todos analfabetos y sin exposición previa a las palabras escritas, podían
aprender a leer por sí mismos, mediante la experimentación con la tableta y
el software precargado que incluía juegos sobre el alfabeto, libros
electrónicos, películas, programas para dibujar…
Los primeros resultados no
han podido ser más esperanzadores según contó en la conferencia del MIT la semana
pasada Nicholas Negroponte, fundador de OLPC. Los dispositivos que se les
dieron a los niños eran tablets Motorola Xoom que llevaban incorporadas
un sistema de carga solar que los trabajadores de OLPC habían enseñado a
utilizar a los adultos de las aldeas.
Luego, una vez por semana se
pasaba un trabajador del proyecto para observar los avances que tenían los
jóvenes y el uso que se les había dado a las tablets. Tras varios meses,
los niños de ambos pueblos ya habían adoptado el uso y recarga de las máquinas,
también sabían recitar la “canción del alfabeto” e incluso deletrear palabras.
Uno de los niños expuesto a los juegos de alfabetización con imágenes de
animales llegó a abrir un programa de dibujo y escribir la palabra “león”.
Un experimento que se
realizó en dos aldeas rurales con 20 niños de cada pueblo. Ninguno de ellos
había visto previamente materiales impresos. Así contaba Negroponte el
increíble desarrollo vivido en las aldeas:
Nuestros trabajadores
dejaron cajas cerradas que contenían las tablets, cerradas, sin ninguna
instrucción. Al principio los niños jugaban con las cajas. A los cuatro
minutos, un niño no sólo abrió la caja, sino que encontró el interruptor de
encendido y apagado … llegando a encenderlo. A los cinco días, estaban utilizando
47 aplicaciones al día por niño. Después de dos semanas, cantaban canciones del
abecedario en el pueblo, y después de cinco meses, habían hackeado el
sistema operativo Android. Alguien en nuestra organización o en el Media
Lab había deshabilitado la cámara sin darse cuenta, ellos la descubrieron y la
habilitaron, habían hackeado Android.
Durante la conferencia le
tocó el turno de palabra a Ed McNierney, director de tecnología de OLPC, quién
explicó parte del “hack”:
Los niños habían conseguido
acceder a la configuración del escritorio. Los chicos habían personalizado
completamente el escritorio, de manera que cada tableta de cada niño se veía
diferente. Habíamos instalado software para evitar que lo hicieran. La manera
en la que trabajaban a su alrededor era claramente el tipo de creatividad, el
tipo de investigación, el tipo de descubrimiento que creemos que es esencial
para el aprendizaje. Si ellos pueden aprender a leer, entonces pueden leer para
aprender.
Unos resultados prometedores
que aún así necesitarán de nuevos proyectos similares para constatar que los
niños pueden aprender a leer de esta manera. Negroponte acabó la conferencia
con una pregunta para la comunidad:
¿Qué podemos hacer con los
100 millones de niños en el mundo que no van a la escuela? Quizá ofrecerles las
herramientas para que lean y aprendan, sin necesidad de proporcionar escuelas,
profesores o libros de texto.