Nuestro
Señor se hizo pobre siendo rico por amor a nosotros
Una señorita cristiana
vino a hallarse en posesión de una cuantiosa fortuna que quiso administrar ella
misma para fines caritativos.
Con tal objeto se propuso acercarse a los pobres para
conocerles, y sintiendo que sus riquezas le eran un impedimento, colocó toda su
fortuna en el banco de tal modo que ella misma no pudiera sacar nada en el
término de un año. Alquiló una vivienda en uno de los barrios más humildes y
trabajó para ganar su sustento. Así trabó muchas relaciones y en ocasiones fue
ayudada por sus propios vecinos que compadecían su aparente desamparo. De este
modo llegó a conocer experimentalmente los apuros de la pobreza y aprendió a
distinguir entre los menesterosos dignos y los vagos de profesión. Anhelosa
esperaba el momento de poder manifestar su verdadera condición y así pudo
levantar y ayudar a muchos cuando el tiempo se cumplió. Los mismos pobres
sentían un respeto sagrado por aquella mujer que de tal modo se había
sacrificado y trataban de evitar que nadie abusara de su bondad para que ella
pudiese cumplir sus propósitos del modo más eficaz.
Nuestro Señor se hizo pobre siendo rico por amor a nosotros. ¿No
trataremos de ser sus servidores y cooperadores del modo más leal?
REFLEXIÓNES:
1. Maravilloso razonamiento, la mejor manera de comprender la
necesidad ajena es meterse en sus zapatos. Pero que maravilloso
desprendimiento, teniendo riqueza esta mujer se hizo pobre para luego prestar
una buena ayuda a los verdaderos necesitados.
2. Excelente experiencia, es verdad que no debemos juzgar, sino
padecer las necesidades de los demás, sus condiciones, para vivirlo y poder
expresar lo que haz podido sentir en carne propia.