Razones para que un malestar generalizado llegue a
tornarse en una crisis institucional
Un integrante de una Institución perturba en una
reunión, molesta a otras personas ó conversa con otros e interrumpe al orador
sobre un tema de importancia. En una Institución tradicional, se aplicaría el
reglamento: “fuera de la reunión”, “tomarlo en cuenta a esta persona”, “Un
llamado de atención”, “suspendido”, “expulsado”. ¿Resolvieron el problema? No, al
integrante de la Institución perturbará en la reunión siguiente, o se cuidará
por miedo al castigo hasta que explote en otra reunión más relajada, o en algún
lugar propicio para ello, o recién en otra reunión con otros integrantes o familiares
fuera de la reunión.
La pegunta básica es ¿porqué hay malestar generalizado
en una Institución? ¿Algunos de los actores que intervinieron en el castigo del
párrafo anterior pueden decirlo? Probablemente no, porque no les interesa
saberlo, ni tampoco corregirlo. Solo evitarlo, que fácil no.
Enunciaré unas cuantas posibilidades: no tolera al que
dirige la reunión, no entiende lo que explica el orador de cierto tema en
mención, está reaccionando por un integrante que lo fastidió, acaba de saber
que no dan respuestas a sus pedidos, los encargados de dar solución se hacen de
la vista gorda, un compañero lo amenazó con denunciarle o pegarle, tiene miedo
de las criticas le lluevan inmediatamente pronunciado sus reclamos o pedidos,
es ufo rico, está muy molesto y quiere llamar la atención, sabe que no encaja
en el grupo, los problemas se agudizan, sus compañeros no compartes sus
reclamos y pedidos, los problemas se agudizan con el transcurrir del tiempo, la
situación lo esta cansando, ¿suficiente?
Reitero la pregunta: castigarlo sin más “por atenerse
al reglamento” ¿lo ayuda en algo? ¿Resuelve el problema que originó su
trasgresión? ¿O afianzará quizá la idea de que una Institución es un recinto
donde sus autoridades no tienen afecto ni la capacidad o la motivación por
entender y ayudar a sus miembros integrantes de dicha Institución? Difícil querer una Institución así, por más
que en la ardua labor de pregonar la Unidad, en momentos de Crisis
Institucional, se mencione que llegar a un clima institucional amigable,
revertir los roses personales y grupales, dejar de lado las asperezas, etc.
Si se entiende que las transgresiones de los miembros
de una Institución son producto de múltiples y diversas circunstancias propias
de una problemática latente, que con el pasar del tiempo se ha ido agudizando,
enseñarle a contenerlas, rectificarse o buscar otras formas de canalizar sus
tensiones requiere previamente comprender las motivaciones de cada miembro en
su afán de pedidos y reclamos. Eso sólo será posible si es que hay un trato individualizado
para cada miembro y un compromiso en darle la solución requerida, aunque eso
tome más tiempo y exija más esfuerzo institucional.