Di "B" cuando todos digan "A"
Correo
(Lima), Panorama Cajamarquino, 11 Feb 2011
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Veamos qué tienen en común, por sus comentarios
periodísticos, un grupo de 21 columnistas peruanos, independientemente de sus
posiciones ideológicas o políticas. Javier Valle Riestra ó Martha Híldebrandt
al fijar sus posiciones políticas; Mirko Lauer, Aldo Mariátegui, Juan Carlos
Tafur, Fernando Vivas y las Carlíncaturas al comentar ó escribir sus
editoriales diarios o caricaturas; Patricia Teullet, Jorge Bruce, Mario
Ghibellini, Federico Salazar, Roberto Lerner, Beatriz Boza, José Chlímper en
sus columnas semanales; Julio Cotler, Rolando Arellano, César Hildebrandt, FOZ
ó Gustavo Rodríguez cuando son entrevistados o escriben sus análisis
sociopolíticos; Saúl Peña y Moisés Lemlij en sus apariciones ocasionales
tratando temas complejos.
¿Qué tienen en común todos ellos, además de su
inteligencia y excelente formación profesional, que hace que sean atractivos
para ser escuchados o leídos? Pienso que es su capacidad de sorprendernos por
la originalidad de pensamiento, la seguridad y fuerza interna que tienen para
decir lo que piensan y el talento para comunicar de modo inteligible sus ideas;
pero sobre todo, su capacidad de “decir B cuando todos dicen A”.
¿Se imaginan ustedes ser profesores de un salón de
clases donde hubiera 21 alumnos como los mencionados?. El profesor convencional
se volvería loco. Diría que le ha tocado un salón de indisciplinados,
trasgresores, rebeldes, malos alumnos, que no contestan en los exámenes lo que
el profesor les enseñó, que todo el tiempo se quieren salir de lo establecido
en el programa, y que por lo tanto son merecedores de recetas de Ritalin,
terapias psicológicas o hasta una pasantía por Maranga.
Esos alumnos en las pruebas estandarizadas sacarían
notas desaprobatorias por lo que tendrían que repetir de año varias veces hasta
ser aprobados por compasión ó expulsados por mayoría de edad.
El reto del
Perú es tener colegios cuya filosofía educativa promueva la existencia de ese
tipo de alumnos en las aulas, con profesores preparados para respetarlos y
acogerlos. La desgracia del Perú, es que usualmente tanto los colegios públicos
como los privados los marginan, desaprueban y excluyen, salvo que se formateen
hacia las formas estandarizadas de aprender y comportarse.
Con
ello, desde pequeños, aniquilamos a las mentes más brillantes.