Estamos tan benditos con este
conocimiento que tenemos que dar las gracias continuamente al Señor por las
bendiciones de su gracia en nuestras vidas. El mundo entero de pecadores ha sido
completa y totalmente justificado en Cristo Jesús; ésta es la doctrina central
de la Escritura. Y el propósito principal de la Escritura es: traer a los
pecadores individuales a la fe en Cristo, para que compartan su perfecta
justicia y hereden la vida eterna. Si estas verdades se pierden, ya no hay fe
cristiana. Tenemos que decir: “Gracias Señor, por tu gracia en mi vida.
Hazme tu instrumento para llevar estas noticias al mundo entero.”