¿CUÁL ES LA NATURALEZA DE LA SAGRADA
ESCRITURA?
Se
llama Escritura, porque está escrita. Se llama Sagrada Escritura, porque los
que la escribieron son los santos hombres de Dios. 2 Pedro 1:21. Los que
escribieron este libro fueron hombres santos, hombres de Dios, a quienes él
envió con el fin de que escribieran la Biblia. Esos santos hombres de Dios
fueron los profetas, los evangelistas y los apóstoles.
Pero
hay todavía mucho más que decir acerca de la Sagrada Escritura. Tanto la
palabra que Pablo predicó como la que escribió a los tesalonicenses la
aceptaron como la palabra de Dios. (1 Tes. 2:13). Así lo que escribieron los
santos hombres de Dios, la Sagrada Escritura, es la palabra de Dios. Es cierto
que quienes la escribieron son hombres, pero aún así es la palabra de Dios. La
Biblia dice esto de sí misma. 2 Ped. 1:21. Los santos hombres de Dios no
escribieron nada más porque ellos decidieron hacerlo. No la escribieron por su
propia voluntad. El Espíritu Santo, que es Dios, los inspiró. La Escritura se
escribió por inspiración del Espíritu Santo. — De esa inspiración del Espíritu
Santo resulta algo más. 2 Tim. 3:15-17. (“Toda la Escritura es inspirada por
Dios”.) La Escritura es dada por Dios. Él la dio a los santos hombres, como si
les hubiera dicho de antemano lo que deberían escribir. (Aunque no es adecuado,
se puede usar el ejemplo de un maestro que dicte algo a sus alumnos.) Los
profetas y apóstoles fueron sólo instrumentos. Dios es el verdadero autor de la
Escritura; de modo que la Sagrada Escritura es su palabra. Fue escrita por
inspiración del Espíritu Santo. Toda la Escritura es inspirada por Dios. No es
cierto, entonces, que Dios sólo haya inspirado una parte de la Escritura,
solamente algo de las doctrinas principales. Más bien todo lo que se llama
Sagrada Escritura, todo lo que está en la Biblia, Dios lo inspiró. Toda la
Escritura la proporcionó Dios. Él la inspiró tal como está escrita. Dio a los
profetas y apóstoles no sólo los pensamientos, sino las palabras mismas. (Se
puede usar el ejemplo de un maestro, que encarga de tarea a sus alumnos un tema
con los principales pensamientos, en contraste con un maestro que dicta palabra
por palabra. Realmente Dios uso la personalidad y estilo de cada autor, y aun
así controló todo el proceso para que el resultado fuera su palabra.) El hecho
de que Dios inspiró no sólo los pensamientos sino también las palabras se ve
especialmente en el versículo 1 Cor. 2:13. Pablo afirma de sí mismo y de los
demás apóstoles, que han hablado y también escrito con palabras que el Espíritu
Santo ha enseñado. Así toda la Sagrada Escritura en su contenido y su forma es
la palabra de Dios. La Biblia se llama la Sagrada Escritura porque es la
palabra del Dios santo, y su contenido también es santo.
La
Sagrada Escritura es la palabra de Dios (Preg. 5B). Él es su verdadero Autor.
Pero Dios no puede mentir. (Núm. 23:19). Así la Sagrada Escritura contiene sólo
la verdad, divina e infalible. Ya que toda la Escritura es la palabra de Dios,
todo en la Biblia es también cierto, no sólo las cosas más importantes, sino
también las cosas que parezcan secundarias. No hay ningún error en la Biblia.
Por eso podemos depender totalmente de lo que esta palabra nos dice, en cada
situación de la vida, en toda necesidad y en la muerte. (Sal. 33:4). Debemos
comparar todo con este libro para ver si es cierto. Lo que sea contrario a la
Escritura tenemos que rechazarlo como mentira y error. Ya que la Escritura es
la verdadera e infalible palabra de Dios, la llamamos también la Biblia; “el
Libro”, es decir, el libro por excelencia.
Muchas
veces en nuestra instrucción vamos a encontrar cosas que parecerán imposibles
según nuestra razón humana. En estos casos, es necesario recordar quién habla
en la Escritura, el Señor todopoderoso y veraz. Será necesario que sujetemos
nuestra razón a la palabra de nuestro Dios salvador. 2 Corintios 10:5.
Hemos
aprendido que la Sagrada Escritura o la Biblia es la palabra de Dios, porque la
escribieron los profetas, evangelistas y apóstoles por inspiración del Espíritu
Santo, y por eso es infaliblemente verdadera y cierta.