EN EL PRIMER MANDAMIENTO – TEMA 04
Si
Dios va a ser realmente nuestro Dios, una tercera cosa nos es necesaria, que
confiemos en él sobre todas las cosas.
1. Debemos
confiar en Dios. Confiar realmente quiere decir que dependemos de la fidelidad
de alguien. Podemos ver en el Salmo 118:8 lo que significa confiar en Dios.
Significa depender de él, Prov. 3:5, o estar seguro de que él es nuestra ayuda,
Salmo 42:12 (salvación mía), esperar de él la ayuda y el apoyo. Aprendemos
especialmente en qué consiste esta verdadera confianza en Dios, y cómo se
demuestra, en el ejemplo de David en su lucha con Goliat. (1 Sam. 17:45-46).
Goliat dependía de su propia fuerza y poder, en sus armas. David salió en el
nombre de Jehová de los Ejércitos. Conocía bien la pobreza de sus armas, sabía
que era demasiado débil para vencer al gigante, pero dependió de Dios, de que
él era todopoderoso de modo que podía ayudar (compare especialmente el v. 37),
y deseaba hacerlo, que es fiel y nos ha prometido su ayuda. Debemos tener esa
confianza en Dios en todo tiempo, pero se demuestra especialmente en el momento
de la necesidad; entonces debemos confiar sobre todas las cosas en que Dios nos
ayudará.
Todavía
el Salmista sigue en Sal. 42:11: “Porque aún he de alabarle.” Es un aspecto de
la confianza en Dios que creamos en todo tiempo, especialmente en la necesidad
y la tribulación, que Dios es y quiere ser nuestro Dios, que siempre está bien
dispuesto hacia nosotros. Debemos esperar sólo el bien de Dios. Aun cuando no
comprendemos sus caminos, cuando lo que nos envía nos parezca mal, debemos
confiar en que sus caminos son buenos. (Véase Job 1:21; “Si tienes un corazón
que no sabe esperar de Dios sino el bien y especialmente en las necesidades y
carencias... entonces tendrás ciertamente al único y verdadero Dios.” Cat.
May., Mandamientos, #28). Confiar en Dios significa que dependamos de él, como
de alguien que puede y quiere ayudar en toda necesidad, y esperar sólo el bien
de él.
2. Debemos
también confiar en el Señor sobre todas las cosas. Prov. 3:5 nos indica lo que
eso quiere decir. “Fíate de Jehová con todo tu corazón.” Confiamos en el Señor
con todo el corazón cuando dependemos de él con todo nuestro ser. Ciertamente
debemos utilizar todo lo creado, los medios terrenales que están disponibles.
Si no los queremos utilizar ponemos a prueba a Dios. (Mat. 4:6-7; Cat. May.,
Mandamientos, #26). Ordinariamente Dios quiere ayudarnos por medios terrenales.
(Eso se puede explicar por ejemplos de la vida diaria, por ejemplo, que en
tiempo de enfermedad, se debe utilizar a los médicos y los medicamentos, etc.)
Pero no debemos depender de estos medios, sino sólo de Dios. Y cuando los
medios terrenales son ineficaces o fracasan, no debemos desesperarnos, sino
confiar en Dios, en que él todavía puede ayudar. Así demostramos que dependemos
solamente de él.